martes, 6 de enero de 2015

No juzgues / Somos pecadores e hipócritas / Jesús sabe que estamos por debajo de la gloria de Dios.

No juzgues
Antes de juzgar a otro, mírate al espejo
El juicio hacia los demás (Mateo capítulo 7)
1No juzguéis para que no seáis juzgados. 2Porque con el juicio con que juzguéis, seréis juzgados; y con la medida con que midáis, se os medirá. 3¿Y por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo?
2Porque con el juicio con que juzguéis, seréis juzgados; y con la medida con que midáis, se os medirá. 3¿Y por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo? 4¿O cómo puedes decir a tu hermano: ``Déjame sacarte la mota del ojo, cuando la viga está en tu ojo?

5¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con claridad para sacar la mota del ojo de tu hermano.

Buen martes, amigos. Hoy quiero hablar de algo que me ha estado machacando la mente y el espítitu desde que comencé mi camino con Jesucristo: juzgar a los demás. Los versos que puse al principio pertencecen al evangelio de Mateo, donde Jesús habla muy claramente de nuestra posición al juzgar a otro, sea quien sea. 

Nadie que sinceramente se mire en el espejo, puede juzgar a nadie, pues todos pecamos en algo: orgullo, arrogancia, ira, lujuria, fornicación, envidia, celos, robo, etc etc, hasta el infinito. Por eso en Romanos dice:

21Pero ahora, aparte de la ley, la justicia de Dios ha sido manifestada, atestiguada por la ley y los profetas; 22es decir, la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen; porque no hay distinción; 23por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios...

Todos somos en mayor o menor medida, pecadores, y Dios no hace distinción entre los pecados, así como tampoco hace distinción entre los salvados por Jesucristo. Dios ve en tu corazón; no hay forma de engañar a Dios.

Hay muchos cristianos ultras que dicen que hay que juzgar a los demás, si lo haces con justeza, siendo bíblicamente correcto y ungido con el Espíritu Santo ... ¿Realmente? A esos cristianos que tan ligeramente se dedican a juzgar como jueces y a mandar a todos al infierno, y a instigar el miedo, a esos les pregunto: ¿Puedes caminar sobre el agua? ¿Puedes multiplicar los panes y los peces? ¿Puedes resucitar a un muerto? Cuando logres eso, ahí juzga a los demás. Cuando logres ser perfecto como Cristo, y hacer todos estos milagros que hizo Él, avisame por favor.

Pero hasta que no logres todo esto, cállate y déjate de hacer de juez de Dios; Dios es el único juez.

Ahora, ¿significa esto que nunca debemos emitir un juicio sobre algo? Claro que no, sino estaríamos todo el tiempo metidos en problemas, y todo mal sería justificado.

Pero el punto que creo Jesús quería hacer, es que debes juzgarte a TI MISMO, no a tu hermano: "¿Cómo puedes decir a tu hermano: ``Déjame sacarte la mota del ojo, cuando la viga está en tu ojo? 5¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con claridad para sacar la mota del ojo de tu hermano."

¿Cómo sacamos primero la viga de nuestro ojo? Mirándonos al espejo todos los días y viendo que siempre caemos por debajo del estándar de Dios, pues somos todos pecadores, hijos de Adam.

No juzgar debe ser uno de los mandamientos de Cristo más difíciles de obedecer, ya que siempre hay 
alguien sobre quien estamos emitiendo una opinión, un JUICIO. Es un camino arduo, porque ese mismo juicio bloquea nuestra conexión de amor con Dios, pues como dijo Jesús: "Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.... Este es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros, así como yo os he amado."

¡Qué cierto y qué difícil es mantener y aumentar esa conexión del amor de Jesús!

Pero es menester que, sabiéndonos pecadores, nos miremos todos los días al espejo y nos bajemos el copete, y nos demos cuenta que siempre que juzgamos a alguien, somos unos hipócritas, pues nosotros todos los días cometemos algún pecado.

Esto es muy difícil para mí, ya que me encanta hablar de los demás, me encanta analizar a la gente y pasar juicio... Pero Jesucristo me ayuda todos los días a bajar esta cantidad de juicio, a un nivel, que ojalá, me haga estar más unida a Él. Porque todo el que está en Cristo, está en el Padre, y Cristo y el Padre son uno sólo. 

Y si bien el que cree como un niño que Jesucristo es el hijo de Dios, y que Dios envió a su único hijo a pagar por los pecados del mundo, para que aquellos que crean en Él sean salvos, y que en la cruz su Padre descargó sobre Él la ira contra los hombres, para que Él pagara en la cruz todos los pecados de la humanidad, y que Él derrotó a la muerte y a la cruz, resucitando, volviendo al Padre y enviando a nosotros el Espíritu Santo, las Buenas Nuevas, de que todo aquel que crea en Él será salvo y se le perdonarán sus pecados... Aún así, es bueno y natural tener a Jesús como estándar de vida, y pecar menos, y arrepentirnos cuando nos damos cuenta que pecamos, y siempre tener a Jesús como norte, como capitán en esta tormenta del mundo... 

Porque creo de verdad que cuanto menos pecamos, o mejor dicho, cuanto más dejamos que Jesús nuestro salvador tome el timón de nuestra vida, más cerca estamos de Él, y Él más se regocija en nosotros y nosotros en Él. 

Te invito a buscar a Jesús en tu vida, a llamarlo, porque hasta ahora estás negando el gran regalo que nuestro Creador nos hizo a nosotros pecadores: la salvación de nuestra alma, el perdón de nuestros pecados a través de su hijo Jesús. El regalo es inmerecido y debemos aceptarlo, aceptando a Cristo en nuestro corazón, para que Él more en nuestra alma y derrotemos al enemigo.

Dios los bendiga,
Nat xxxxx

No hay comentarios:

Publicar un comentario