viernes, 19 de diciembre de 2014

La tribulación del novicio / ¿Quién dijo que era fácil?

Pruebas y tribulaciones, parte de la fe.
Buen viernes amigos.

Hoy quiero compartir algo que a los seguidores de Cristo nos sucede mucho al principio de nuestro camino: tribulación espiritual, mental y física.

Si bien los tesoros que recogemos de esta unión con Jesús superan con mucho las tribulaciones y la duda, no hay que dejar de reconocer éstas.

Creo que el tema pasa por la misma transformación que se efectúa en nuestro espíritu y mente al conocer a Jesús. Diría que nuestro espíritu y mente pasan literalmente por un trauma, tal es el cambio instantáneo que se opera. Y después de conocerlo, viene el camino, las revelaciones, el llanto, el destape de heridas del pasado que no recordábamos o las barríamos bajo la cama, el reconocimiento de los pecados que ahora comprendemos fueron causa y efecto de nuestras heridas. Todo ese torrente contenido años sobre años, rompe el dique y nos inunda.

El torrente del pasado y las lágrimas derramadas mientras Cristo nos abraza, eso es un gran trauma, que no lo sentimos realmente hasta que comenzamos a caminar con Él.

Una y otra vez tendremos que lidiar con la duda, la tentación, la duda, la duda... Incluso cuando creemos en Jesús como un niño, tenemos dudas, porque somos débiles y no podemos pasarnos sin pecar.

Estudiamos los versos, los mandamientos, los pecados, los dichos del Maestro, absorbemos gigabytes mentales de información en pocas semanas.

Duda, duda, duda.

Los que creemos en Cristo ciegamente, somos los que más tribulaciones pasamos, pues vemos con la perspectiva del Padre, y vemos realmente cómo nos hacemos daño con nuestros pecados.

El cambio radical de enfoque forzosamente requiere un cambio radical de actitud, pies sobre la tierra. Y esto es lo más difícl, sobre todo lo que toca a aquellas cosas dañinas de nosotros mismos que nos cuesta dejar atrás.

Siempre varía para cada uno, siempre hay una actitud, adicción, etc, dañinas que nos cuesta horrores rebajar o dejar, sin que ya la serpiente de la duda se interponga para alejarnos de el tesoro encontrado.

Si hay algún novicio como yo entre los lectores, que esté sufriendo, lo entiendo perfectamente. La fe no es un camino fácil, mucho más cuando sabemos que Cristo es real y nos ha visitado, y ha hecho verdaderos milagros en nuestra vida. Porque nuestra adicción a este mundo es más fuerte de lo que pensábamos, hay actitudes que son como cizaña y son difíciles de arrancar.

Tenemos dos opciones: dejar la fe, volver a nuestra vieja vida, o tener paciencia y confianza en Jesús y seguir a pesar de todo.

Creo que esta debe ser la época más difícil para tener fe, cuando vivimos en un mundo que no puede ser más corrupto, y más tentador en todos los pecados (orgullo, ira, lujuria, idolatría, etc, etc).

Es por eso que tenemos que, de ese dolor, esa duda, sacar fuerzas y continuar caminando con el estandarte de Jasús bien en alto, la gloria está en no darse por vencido. Darse por vencido es lo que hemos hecho toda nuestra vida en este mundo. Nos entregamos a la esclavitud de este mundo, sin probar la libertad que hay en Cristo.

Pedro / 5-10 Y después de que hayáis sufrido un poco de tiempo, el Dios de toda gracia, que os llamó a su gloria eterna en Cristo, El mismo os perfeccionará, afirmará, fortalecerá y establecerá.

Santiago / 2-4 Tened por sumo gozo, hermanos míos, el que os halléis en diversas pruebas, 3 sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia, 4 y que la paciencia tenga su perfecto resultado, para que seáis perfectos y completos, sin que os falte nada.

Como dice el dicho: "No podés ver a Gardel por dos pesos". :)

Buen viernes, hermanos y gloria a Jesucristo amado <3

Nat xxxxxx

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